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miércoles, 17 de noviembre de 2010

Víctima o Responsable

Tú eliges



En la vida, o tenemos excusas o tenemos resultados… Tú ¿qué deseas tener?

Antes de empezar, quiero aclarar que el propósito de este texto no es cuestionar la posición que cada uno decide tomar respecto a su vida, sino abrir una posibilidad que permita cuestionar dicha posición respecto a los resultados.

En mi opinión, ante los sucesos de la vida podemos elegir tomar dos posiciones:

La posición de víctima: En esta, suponemos que la vida y los otros deben ser de una manera determinada para que nosotros seamos, hagamos y tengamos lo que deseamos. Desde este pensamiento surgen expresiones como: Si las circunstancias fueran diferentes, si el gobierno fuera otro, si mi jefe me tratara diferente, si tan solo mi esposa cambiara. O estas otras: Es que he tenido mala suerte, este es mi destino, por tu culpa yo hice… Dios me ha abandonado. En fin, frases como las anteriores sobran. Pero lo importante es notar lo que ellas expresan… En primer lugar, que las posibilidades de logro se encuentran fuera de ellos, si las cosas, la vida o los demás no cambian, nada es posible. Por otra parte, expresan resentimiento, resignación y frustración. Quiénes creen eso, tienen toda la razón, no hay manera que la vida se adecue a lo que ellos quieren.

La posición de responsable: Desde esta postura, la vida se observa diametralmente opuesta. La persona responsable reconoce que “si va a suceder, depende de mí” A diferencia de la víctima, que solamente encuentra excusas, la persona responsable encuentra posibilidades. Sabe que él es: Fuente y causa de todo lo que tiene y de lo que no tiene, por todo lo que ha hecho y ha dejado de hacer. Quien se sabe responsable va por el resultado, no se queda con la explicación. Quien se sabe responsable, ante un resultado adverso se pregunta: ¿Qué hizo falta de mí para que esto se concretara?, ¿Qué hice más importante que lo que deseo?, ¿Dónde está puesto mi compromiso? En otras palabras, la gente responsable no se justifica, se observa así misma, ve lo que hay que cambiar y lo cambia, reconoce sus incompetencias y busca aprender. La responsabilidad no admite quejas, reproches ni culpas, solo admite acciones efectivas que reviertan el resultado no deseado. Desde la responsabilidad las personas eligen por sí mismas. Desde la victimización, las personas creen que los demás eligen por ellas.

El lenguaje denota, siempre, las emociones a partir de las cuáles actuamos. Las víctimas suelen incluir recurrentemente en su lenguaje las palabras: Pero y Es que. Y no es un asunto trivial, la palabra pero siempre desvirtúa lo dicho antes de ella: Claro que estoy inconforme, pero… Lo iba a hacer, pero… Ya lo que se desea perdió importancia  en lo que se dice después del pero, y lo relevante es lo que se dice después. Es que, se utiliza siempre que se desea entregar una excusa. Es que había mucho tráfico, es que tuve que quedarme en el trabajo, es que no tuve dinero.

La postura responsable suprime estas dos palabras, utiliza la conjunción Y: No lo hice, no supe cómo y voy a aprender. Estoy inconforme, lo voy a decir y haré lo que haga falta para cambiarlo.

Si pueden observar, las palabras Pero y Es que, inmovilizan, se centran en el pasado. Utilizar la conjunción Y, mueve a la acción, se centra en el presente y en el futuro.

Cuando daba cursos respecto a la responsabilidad, solía hacer lo siguiente: Tomaba un plumón y lo dejaba caer al suelo. Inmediatamente decía: La explicación por la cual el plumón cayó al suelo es por la ley de gravedad. Acto seguido preguntaba: ¿Hay otra explicación? E invariablemente la respuesta era: Sí, la otra explicación es que lo dejaste caer. Como pueden ver, este mismo hecho tiene dos explicaciones. La primera alude a la circunstancia, que es la ley de gravedad. La segunda pone la responsabilidad en mí, yo estoy a cargo, de mí depende que suceda y no de la circunstancia, o a pesar de ella.

La responsabilidad tiene que ver con el poder. Entendiendo el poder como posibilidad de acción. En el ejemplo anterior, yo soy quien tiene el poder de hacer que el plumón caiga o no. La diferencia fundamental entre las personas exitosas y las mediocres, radica en el poder de hacer que cada una se confiere.

Otra característica de la víctima es el egocentrismo; la víctima cree que el mundo gira alrededor de él, todos se confabulan para hacerle la vida miserable. Fulano me hizo, el gobierno me torna, mi esposo me hace sentir inferior.  La víctima ni siquiera se sabe responsable de que lo que siente es su sentir, y por tanto su responsabilidad. Lo que finalmente hace es cederle el poder al otro. En esta postura le damos permiso al otro para que nos diga cómo nos debemos de sentir y qué debemos hacer. La responsabilidad, entonces, también tiene que ver con la libertad.

La victimización a final de cuentas es una mentira, es una forma de engañarnos, de ceder nuestro poder y nuestra libertad. La responsabilidad es la única forma de recuperarlas.

Después de todo lo dicho parecería que estoy sugiriendo que desde la postura responsable es posible todo. Pues no, no lo es. Evidentemente habrá muchas cosas que no podamos lograr, aún y siendo 100% responsables; sin embargo, desde no poder culpar a nadie, incluso ni a nosotros mismos, el fracaso no se vive como tal, porque la persona responsable siempre encuentra aprendizaje en el fracaso, acepta que no es posible lo que desea y lo vive en paz. Es decir, la responsabilidad nos permite aceptar lo que no se puede cambiar y aceptado así, la persona se hace cargo de lo que eso le provoca. La responsabilidad, entonces, tiene que ver también con la paz y con la humildad.

Todo esto lo podemos resumir de la siguiente manera: La víctima vive la vida que cree que le tocó. El responsable vive la vida que sabe que merece.

1 comentario:

  1. Excelente reflexión. Hace algunos años se hablaba de acciones y consecuencias, las consecuencias también se dan por las omisiones.Dicho en forma más poética somos lo que algún día soñamos.
    Gracias por compartirlo!

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