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sábado, 4 de septiembre de 2010

El observador

"No sabemos como las cosas son...
No sabemos cómo las cosas son, sólo sabemos como las interpretamos."Vivimos en mundos interpretativos". Este es el primer principio Ontológico y eje de la propuesta de Rafael Echeverría en su Ontología del Lenguaje.

Como menciono en la publicación anterior, suponemos que podemos ver el afuera tal y como éste es; sin embargo, si reflexionamos en nuestra estructura biológica, nos daremos cuenta que ésta nos impone numerosos filtros que condicionan la forma en que nuestros sentidos perciben el exterior.
Es en la relación establecida entre nuestra biología y el medio dónde surge la percepción. Al tener una estructura biológica particular, el daltónico discrimina los colores de una manera; los que no compartimos una estructura similar a la de ellos, discriminaremos los mismos colores de forma diferente. Lo anterior no demuestra que los daltónicos confunden los colores,como se ha querido pensar. Lo que revela es que es nuestra propia estructura biológica la que condiciona nuestro percibir, ya que no existe manera de determinar quién ve los colores tal y como estos son.

La importancia de preguntarnos por el tipo de observador particular que somos, surge de la aceptación de lo anterior, de otra forma, la pregunta carecería de sentido.

Como seres humanos compartimos rasgos biológicos característicos diferentes a los de otras especies, lo cual nos constituye en observadores diferentes. Los perros, por ejemplo, dada su estructura biológica, perciben el exterior en blanco y negro, ello los constituye en observadores diferentes a las especies que percibimos ese mismo exterior a color. 

Sin embargo, no sólo percibimos la vida a través de nuestros sentidos, existen, por lo menos dos dominios que, si bien son rasgos propios de nuestra biología, también la trascienden:

El primero de ellos es nuestra Emocionalidad. Observamos la vida desde nuestras emociones, estas condicionan nuestra forma particular de observar. No veremos la vida de la misma forma estando alegres que estando tristes, ni tampoco estando enojados o estando en paz. La emoción particular en que estemos situados nos constituirá en observadores diferentes.

El otro dominio es el Lenguaje. Sin restar importancia a las dimensiones de la biología y de las emociones, es en este dominio dónde surgen nuestras mayores diferencias. Los seres humanos al estar dotados de la capacidad del lenguaje, observamos la vida también a través de él. La estructura propia de nuestro lenguaje nos permite hacer Distinciones, Juicios y Narrativas, y es en la dimensión, la del lenguaje dónde profundizaremos en las siguientes entregas, ya que como mencioné en la publicación anterior, desde la perspectiva Ontológica observamos al ser humano como una construcción lingüística.

Hasta aquí llegamos por ahora, entre tanto nos volvemos a encontrar quisiera dejarles un par de preguntas relacionadas con lo hablado hoy: ¿Qué tipo particular de observador eres? ¿Qué tipo de observador serías si la narrativa sobre ti mismo fuera diferente?




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